Los alternativos
y el cambio de paradigma monetario
Las inversiones alternativas sirvieron de antídoto al prolongado contexto de bajos tipos de interés de los últimos años, al proporcionar fuentes de rentabilidad extra. Sin embargo, el escenario ya no es el mismo tras el cambio de paradigma monetario. Los responsables de varias firmas independientes de gestión y asesoramiento patrimonial analizan el nuevo contexto en el marco de la XXXVI edición del Think Tank BNY Mellon, una iniciativa producida por FundsPeople en asociación con BNY Mellon Investment Management.
Marc Ciria, socio y presidente ejecutivo de Diagonal AM, expresa sus dudas sobre dos cuestiones. Primero acerca de la conveniencia de que inversores minoristas puedan acceder a fondos de capital riesgo desde 10.000 euros, tras entrada en vigor hace unos meses de la Ley de Creación y Crecimiento de Empresas. Segundo, las valoraciones.
“Lo que tenemos en alternativos lo estamos manteniendo porque creemos que fue una buena apuesta, pero tenemos dificultades para encontrar valor ahora. El dinero está caro y se presentan operaciones con valoraciones de hace un año o año y medio”, asegura.
“Si una cartera de renta fija puede dar entre el 6 y el 8% de TIR, ¿cuánto debe suponer la prima de iliquidez? Las valoraciones siguen altas en proyectos que están en pleno fundraising”, expone Ciria.
Si una cartera de renta fija puede dar entre el 6 y el 8% de TIR, ¿cuánto debe suponer la prima de iliquidez
Dos requisititos: diversificación y un buen equipo gestor detrás
Por su parte, Nacho Marijuan, fundador y CEO de Norwealth, apunta que estos productos constituyen un activo más dentro de las carteras de la firma desde hace tiempo. “Había que apostar por ellos porque había cosas muy interesantes y todavía hay que tenerlos”, afirma. No obstante, advierte de que es imprescindible que cumplan dos requisitos: que cuenten con un buen equipo gestor detrás y que añadan diversificación.
“Además, el cliente es soberano y es el que debe decidir si entra o no. El riesgo que se asume es tan concreto que la última palabra la debe tener el cliente, quien debe saber exactamente lo que hay por detrás”, subraya. “Hay activos alternativos nicho, muy interesantes, y que solo nosotros somos capaces de ofrecer. Y, en la medida que seamos capaces de seleccionarnos podremos ofrecer mayor valor añadido”, añade.
El riesgo que se asume es tan concreto que la última palabra la debe tener el cliente
Una excesiva democratización tras los cambios regulatorios
Mientras, alt Capital tiene entre sus principales apuestas para 2023 la de iniciarse en la gestión propia de alternativos para dar cobertura y satisfacer la demanda de inversores, “aunque el escenario coyuntural no sea el más adecuado”, admite su consejero delegado, Guillermo Aranda, quien indica que esta alternativa solo se ofrecerá a clientes con altos patrimonios, a pesar de que los cambios regulatorios ya permiten el acceso a los pequeños, una democratización que ve excesiva porque puede acabar popularizando demasiado un producto complejo.
“Me preocupa enormemente esta rebaja de la inversión mínima. Se trata de una alternativa de inversión que ofrece oportunidades muy buenas, pero otras no tanto. Además, los resultados de la inversión no se ven a corto plazo, sino 10 o 12 años después”, avisa.
En cualquier caso, el consejero delegado de atl Capital recuerda que, hasta no hace mucho, la inversión en alternativos estaba limitada estrictamente al inversor institucional en España y que la democratización que ha tenido lugar en los últimos años tuvo sentido para que los clientes privados pudieran invertir una parte de su patrimonio en estos activos, al igual que lo hacen en los inmobiliarios o financieros.
Me preocupa enormemente esta rebaja de la inversión mínima
Críticas a la regulación sobre sostenbiilidad
Al margen de los alternativos, Pablo Martínez-Arrarás Caro, socio fundador de iCapital, hace referencia a la sostenibilidad, otra de las tendencias dentro del ámbito de las inversiones, y se muestra muy crítico con algunos aspectos de la regulación, fundamentalmente con las incoherencias del calendario normativo.
“El capital es una de las herramientas para cambiar el mundo, es una fuerza para que las empresas que demandan inversores se pongan las pilas y cumplan una serie de requisitos. Este concepto lo compramos todos, pero hay un problema: el test de idoneidad sobre preferencias de sostenibilidad entró en vigor el año pasado y las empresas no tendrán la obligación de divulgar su impacto social y medioambiental hasta 2024”, manifiesta a este respecto.
Así, cree que “el desarrollo normativo debería haberse hecho al revés. Nos han obligado a calificar a nuestros clientes con una serie de parámetros que, posteriormente, deben alinearse con su cartera de inversión, antes de que las gestoras dispongan de la información correcta para poderla emitir”.
Poco a poco nos vamos haciendo un hueco entre instituciones y fundaciones